jueves, 19 de diciembre de 2013

El cura

Un virtuoso sacerdote que no se mete en intrigas es una bendición para un pueblo.
El cura de Verrieres, un anciano de ochenta años, con un carácter y fuerza de hierro, tenía el derecho de visitar la cárcel, el hospital e incluso el hospicio a cualquier hora del día. Fue a las seis de la mañana, precisamente, que el señor Appert, armado con una carta de París, había tenido el buen sentido de visitar al presbítero. Mientras leía la carta que le dirigió el señor marqués de La Mole, el terrateniente más rico de la provincia, el cura Chelan se perdió en sus pensamientos.

“Ya soy viejo y me gusta aquí” -murmuró para sí mismo al fin, “¡Nunca se atreverían!” Volviéndose al caballero de París, con los ojos que, a pesar de su avanzada edad, ardían presagiando el placer de llevar a cabo una buena acción aunque no exenta de peligro, dijo: “Venga conmigo, Señor, y, en presencia del carcelero y, especialmente, de los superintendentes de los asilos, tenga la amabilidad de no expresar su opinión sobre lo que vamos a ver.”  El señor Appert se dio cuenta de que el cura era un hombre de sentimientos. Acompañó al venerable cura, visitó la prisión, el hospital, la casa de los pobres. A pesar de algunas cosas extrañas, no pronunció la menor palabra de reproche.
Esta visita se prolongó durante algunas horas. El cura invitó al señor Appert a comer, pero el invitado no quiso comprometer más a su buen amigo. Hacia las tres, los caballeros volvieron a realizar la inspección al hospicio, después de lo cual regresaron a la cárcel. Allí encontraron el carcelero de pie en la puerta, un gigante de dos metros de altura, con las piernas arqueadas. El terror había convertido su cara de mala a horrible.
“Ah, Señor” -le dijo al cura, “no es este caballero, que veo con usted, el señor Appert?
“¿Y si lo es?” dijo el cura.
 “Ayer recibí las instrucciones, que el prefecto envió con un gendarme, que galopó toda la noche, de no permitir que el señor Appert entre en la cárcel.”
“Yo declaro, señor Noiroud” -dijo el cura-, “que este visitante es el señor Appert. Tengo el derecho de entrar en la cárcel, a cualquier hora del día o de la noche, trayendo conmigo a quien me dé la gana.”
“Sí, señor cura,” el carcelero murmuró en un tono apagado, bajando la cabeza como un bulldog obediente de mala gana por miedo al palo. “Solo, señor cura, considere que tengo esposa e hijos. Si alguien me dice que seré despedido; sólo tengo mi lugar aquí para vivir.”
“Yo también estaría muy triste de perder lo mío” -replicó el digno cura, con una voz cada vez más influenciada por la emoción.
“¡Qué diferencia!” el carcelero respondió con prontitud, “porque usted, señor cura, sabemos que usted tiene un ingreso de 800 libras, un buen lugar en el sol...”
Estos son los hechos que habían  excitado por los dos últimos días todas las bajas pasiones de la pequeña ciudad de Verrieres. En ese momento, servían como argumento  para la pequeña discusión que el señor de Renal estaba teniendo con su esposa. Esa mañana, acompañado por el señor Valenod, el director del hospicio, había ido a la casa del cura, para informarle de su malestar extremo. El señor Chelan  no estaba bajo la protección de nadie, por lo que sintió toda la fuerza de sus palabras.
“Bien, señores, voy a ser el tercer párroco, de ochenta años de edad, en ser privado de la vida en este distrito. He estado aquí durante cincuenta y seis años. He bautizado a casi todos los habitantes de la ciudad, la cual era más poco más que una aldea cuando llegué. Cada día caso parejas jóvenes cuyos abuelos casé hace mucho tiempo. Verrieres es mi familia, pero me dije a mí mismo, cuando vi al forastero: "Este hombre, que ha venido de París, de hecho puede ser un liberal, hay demasiados de ellos, pero ¿qué daño puede hacer él a nuestra pobre gente y nuestros prisioneros? "” (Adaptación propia de la traducción inglesa)

Vocabulario destacado
Gaoler: the keeper of a jail
Bandy: bowed or bent in an outward curve
Hideous: repulsive

Fuentes
Rojo y Negro. Autor: Stendhal. Año: 1830

Recursos en internet
Stendhal´s Context. Notes explaining the time the author had to live

The Red and the Black: book summary





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